sábado, 21 de julio de 2012

BEATO TOMÁS DE ZUMÁRRAGA

HIMNO AL BEATO
Cantemos al campeón que por el mundo
derramó la semilla del amor;
cantémosle y resuenen nuestros cantos
en ecos de entusiasta y firme voz
por los yermos que ayer fueron eriales
y hoy son bosques con ricos manantiales,
porque el apóstol predicó allí a Dios.

Había en el Japón muchas tinieblas
y brillaba en Vitoria mucha luz;
en Vitoria vivía un nazareno
y había en el Japón una gran cruz.
Ganoso de hacer día de la noche
el Faro echó sus rayos al Japón
y con ellos marchóse el nazareno
porque la sombra de una Cruz miró.
Bien pronto de la noche hizo penumbra
tras rudo combatir la brava luz,
pero pronto también el Nazareno
fué un cadáver colgado de la cruz.

Cantemos al campeón que por el mundo
derramó la semilla del amor;
cantémosle y resuenen nuestros cantos
en ecos de entusiasta y firme voz
por los yermos que ayer fueron eiales
y hoy son bosques con ricos manantiales,
porque el apóstol predicó allí a Dios.

Paladín de la fe de Jesucristo
cedías al impulso de tu Dios;
Él lo quiso y siguiendo su mandato
cambiaste tu Vitoria por Japón.
Vas a luchar, Tomás, por las doctrinas
que son tus esperanzas y tu fe...
Con la Cruz y el Rosario por emblema
te arrojas los nipones a vener
y venciste, esforzado misionero,
con la ayuda del cielo y tu tesón;
tu cuerpo derrumbóse en el martirio,
pero enhiesto quedóse tu pendón.

Cantemos al campeón que por el mundo
derramó la semilla del amor;
cantémosle y resuenen nuestros cantos
en ecos de entusiaste y firme voz
por los yermos que ayer fueron eriales
y hoy son bosques con ricos manatiales,
porque el apóstol predicó allí a Dios.

Sacado del libro "Vitorianos ilustres" de José Martínez de Marigorta y Ortiz de Zárate

No hay comentarios:

 
ga.js