miércoles, 30 de mayo de 2012

ALFREDO DONNAY GÓMEZ (Vitoria, 21.01.1894-1.03.1986)

Sus canciones reflejan la vida cotidiana y el paisaje de los alaveses de su tiempo, a partir de esquemas sencillos y letras pegadizas. Tras una breve estancia en Argentina, donde trabajó como ayudante de relojero, regresó a su ciudad natal en 1914. Aficionado a la lectura y, sobre todo, a la poesía, comenzó a componer para las bandas y grupos que animaban las calles durante las fiestas de Carnaval. Los soñadores, Gitanos andaluces, Los Marinos, a finales de los años diez; y, Los Incas o Los Chinos, durante la República eran los nombres de algunas comparsas que tararearon sus canciones: "Somos los Incas/ bastante civilizados/ tanto que la carne humana/ ya no queremos comer;/ pero al llegar a Vitoria/ y contemplar sus mujeres...". Esa afición había cobrado tintes más elaborados a partir de la composición, en 1922, de Desde lejos, conocida por sus primeras estrofas: "Blancas como palomas/ se ven las casas allá en la aldea..."
En 1929 pasó a formar parte de la cuerda de tenores del recién fundado Orfeón Vitoriano, a las ordenes de Joaquín Eseberri Etxegibel. Durante los años treinta publicó Senderos de ilusión, reeditado en 1974. A este librito siguieron otros: Canciones (1942), Nuevas y viejas canciones alavesas (1951) y Mis canciones. Su discografía incluye Voces vascas y Voces y txistus, de la Coral Manuel Iradier, y Arabatik y Arabako Abestiak del grupo Gallur. En 1975 le fue otorgado un "Celedón de Oro". De entre sus más de doscientas composiciones destacan las tituladas: Del Solar Alavés, Viejo Molino, Al barrio de San Martín, La canción de las loinas, Marcha de los montañeros alaveses e Himno del Deportivo Alavés. Fundó el coro La Armonía.
Autodidacta, como tantos trabajadores de su generación, lo fue no sólo en la actividad musical sino también en otra afición, la lectura. Su colección de libros mereció en 1933 el Premio Nacional a la mejor biblioteca de un obrero. Intervino activamente en 1918 en la fundación de la Sociedad del Gremio de la Madera (estaba considerado un reputado barnizador), desde donde dirigió una huelga del sector. En 1920 fundó junto con otros compañeros la sección vitoriana de la otrora importante Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Durante dos años se destacó como dirigente de esta organización anarcosindicalista, siendo habituales sus escritos en el semanario, editado en Bilbao, Solidaridad Obrera. Tras su encarcelamiento debido a la lucha sindical, abandonó la confederación libertaria poco antes de la dictadura de Primo de Rivera. Durante el período democrático (1931-36), participó en los sectores progresistas. Dirigió Caras y caretas.
Bibliografía:
Alavés, J. ""Barrio de San Martín", de Alfredo Donnay" Gasteiz 1973
Canciones de A. Donnay. Caja de Ahorros de Vitoria. Vitoria-Gasteiz 1989
Fraile, M. A. "Los setenta y nueve años de Alfredo Donnay" Norte Express 24-1-1973
Gutiérrez, C. "Fallece Alfredo Donnay, autor de más de doscientos temas populares que cantaron a Alava". El Correo Español, 2-3-1986.
Rivera Blanco, A. La ciudad levítica. Diputación de Álava. Vitoria-Gasteiz, 1992, 489 pp.
Sáenz de Ugarte. J. L. "Alfredo Donnay, el último babazorro" Gasteiz 1986
Sacado del libro "100 alaveses" de Angel Martinez Salazar. Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz 1999
AL BARRIO DE SAN MARTÍN
Letra de Alfredo Donnay           (Marcha)
Tiene Vitoria
mil bellezas que admirar
plazas, jardines y paseos
orgullo de la Ciudad;
templos y calles muy hermosas
y una Florida sin par
y entre los barrios que tiene
hay uno que es popular
San Martíb, barrio de San Martín
con cariño te miro al pasar,
San Martín, barrio de San Martín
cuando voy la Llanada a admirar
eres tú barrio de San Martín
barrio alegre, castizo y popular.
San Martín, lindo barrio alavés
yo quisiera poder en tu seno morar.
Barrio de San Martín
para mí eres el barrio ideal
porque hay nobleza en tí
y mirando a la Llanada estás.
Yo quisiera poder,
en tu seno vivir y soñar,
eres para mi el preferido
y por eso te vengo a cantar.
BLANCAS COMO PALOMAS
Letra de Alfredo Donnay        (Habanera)
Blancas como palomas
se ven las casas allá en la aldea;
salen del campanario
notas de bronce que hasta mi llegan,
aires suaves de mayo
traen a mi mente recordación,
de ti mujer ingrata, de ojos muy bellos
de ti mujer ingrata,
por quien padece mi corazón.
Después cuando la tarde
muere en el occidente
y el sol al acultarse
deja el valle sin luz;
retorno hacia la aldea
pensando en tu hermosura
contemplo tus ventanas
hermosa criatura
me alejo tristemente
pensando sólo en ti.
DEL SOLAR ALAVES
Letra de Alfredo Donnay       (Habanera)
Tiene Vitoria
en su Llanada
bellos parajes
que hacen soñar,
pueblos alegres
montes y valles
donde va el alma
donde va el alma paz a buscar.
Uno de los más bellos
paisajes alaveses
se encuentra en Crispijana
delicioso lugar;
tiene en su bosque el rio
remansos lagunares,
donde riza las aguas
el céfiro al pasar.
Vamos bien mio que allá en el bosque
es más hermosa la soledad
sólo el silencio turban alegres
los pajarillos con su cantar;
vamos bien mio, que junto al rio
yo mis amores te cantaré,
y entre mis brazos feliz amante
como a una diosa te adoraré.
HIMNO AL DEPORTIVO ALAVÉS
Letra de Alfredo Donnay
Bravo equipo albiazul
que resurges potente otra vez
recordando la gloria
de aquel gran Deportivo Alavés;
Vitoria ha puesto en ti
su esperanza y su gran ilusión,
para que llegues a ser
de tu grupo algún día campeón.
Animo pues valiente Deportivo,
ánimo pues con entusiasmo hay que luchar,
para lograr de nuevo aquellos triunfos
que dieron gloria al equipo y la Ciudad;
ánimo pues valiente Deportivo,
poned coraje y nobleza al pelear.
Vitoria entera te aplaude y acompaña
para poder el gran triunfo alcanzar.
VITORIA MÍA
Letra de Alfredo Donnay
Vitoria mía
que al cielo elevas tus torres,
Vitoria de mis amores
que haces al alma soñar;
tus paseos solitarios
tan bellos y evocadores,
sirven para mis dolores
como un lenitivo
que me hace olvidar.
Por tu campiña
fértil y risueña,
va el rio diciendo
su monologar;
y en sus orillas
sueña el alma mía
viendo de las aguas
el lento pasar.

sábado, 12 de mayo de 2012

VITORIA, 21 DE JUNIO DE 1813

VISITAS GUIADAS AL CAMPO DE BATALLA
SABADOS 9, 16 Y 23 DE JUNIO DE 2012
RECORRIDO:
LA PUEBLA DE ARGANZÓN, CASA DE LONGA
JUNDIZ
SUBIJANA DE ALAVA
PUENTE DE MOMARIO Y MARGARITA Y LERMARDA
ZUAZO DE VITORIA

GAMARRA MAYOR
DURANA
ALTO DE SANTA LUCIA
SALIDA: 10 HORAS DE LA CALLE LUIS HEINTZ, JUNTO A LA CATEDRAL NUEVA
LLEGADA: 13,30 AL MISMO LUGAR
PRECIO: 5 EUROS
http://www.viajesbidasoa.com/
RESERVA EN VIAJES BIDASOA,
MONSEÑOR ESTENAGA, 10

TELEFONO 945 25 93 00
PD.: Cuando, en la pelicula "The firefly", la cantante Nina Maria Azara emprende el viaje a Bayona se encuentra con la sorpresa de que cerca de Vitoria, Diego alcanza su carruaje para cortejarla durante el trayecto. Diego comenta que rehusó al duelo con el oficial francés para buscarla y confia en que Nina le dé esperanzas. Uno de los sirvientes de la posada de Vitoria, el Vellocino de Oro, es el contacto que informa a la cantante de la salida del rey Fernando VII de Madrid. Este agente añade que, en Bayona, otro agente español es un vendedor de palomas mensajeras que la reconocerá por la palabra "Vitoria".
Sacada esta postdata del libro "La guerra de la Independencia en el cine y la televisión" de Jesús Maroto de las Heras. CACITEL S.L. 2007

jueves, 3 de mayo de 2012

MUNIA, UNA ALAVESA EN ASTURIAS

Munia fue hija de un individuo llamado Lope (Lopez) y de una hija de Fruela de Cantabria. Nació alrededor del año 745.
Munia se casó con el rey Fruela I de Asturias.
El rey Fruela I la trajo de tierras alavesas para convertirla en su esposa y reina de Asturias, al mismo tiempo que estrechaba las relaciones con Álava.
Tuvo dos hijos: Alfonso II el Casto (760-842) y Jimena.
El cadaver de la reina Munia se encuentra en el Panteón de Reyes de la Catedral de Oviedo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Munia_de_Álava
PD. Se sabe muy poco más
ALFONSO II EL CASTO
Después de la mediocridad que suponen Aurelio, Silo, Mauregato y Bermudo en el trono de Asturias, la figura de Alfonso, el hijo de Fruela, brilla en nuestra historia con luz propia y bien justificada durante 51 largos años de buen gobierno en difíciles condiciones. Si Pelayo hace nacer en Covadonga el Reino de Asturias, Alfonso II es quien lo convierte en una realidad tangible, haciéndolo renacer de las cenizas a que lo habian reducido los anteriores monarcas.
Alfonso nació, posiblemente hacia 765 o poco después, en Oviedo, tal y como él nos dice en su Testamento del año 812: "en este solar -Oviedo- en que nací y en que renacido (es decir, bautizado) viví....". Hijo de Fruela I y de la vasca Munia, tenía muy pocos años cuando su padre fue asesinado, por lo que se crió y educó con su tia materna Adosinda, esposa del rey Silo, quien a la muerte de su marido pretendió instalar en el trono a Alfonso en el año 783. Sólo que Mauregato lo echó todo a perder, y le hizo huir a tierras alavesas, de donde procedía su madre, para salvar la vida.
Alfonso II vuelve al trono en 791, cuando Bermudo tiene que abdicar tras la espantosa derrota sufrida en el Burbia, pero no terminan ahí sus problemas, ya que poco más tarde, hacia el 801, es nuevamente apartado del trono y encerrado en el monasterio de Abelania (Ablaña), del que es casi inmediatamente liberado por sus fideles, a los que manda un tal Teudis, o Tioda, cuyo nombre es muy sugeridor en otros campos.
Los primeros años de su reinado son duros, en continuos combates con el pelirrojo y fanático Hixam I, empeñado en destruir el reino asturiano como sea. Entre las campañas del cordobés hay dos que van dirigidas contra el mismo corazón del reino: Oviedo. Son las que se llevan a caboen los años 794 y 795. En la primera de ellas, dirigida por Abd al-Malik ibn Mugait, es totalmente arrasada la ciudad, con los palacios y la basilica levantada por Fruela 30 años antes; pero cuando los musulmanes se retiran, Alfonso les espera en Lutos, en el camino del puerto de la Mesa, donde pierde la vida el propio caudillo musulmán en una emboscada. Al año siguiente, Abd al-Karim ibn Mugait, hermano del anterior, destruye lo que quedaba de Oviedo -si es que quedaba algo-, pero no consigue nada más. A continuación, Alfonso contraataca, y saquea Lisboa en el 798. Y no volverán los moros a pisar nunca más la actual tierra asturiana, y limitarán sus ataques a la comarca fronteriza del valle del Ebro o a Galicia.
Alfonso II rompe también el aislamiento diplomático de Asturias, manteniendo embajadas con Carlomagno; pero su trabajo más importante se centra en el interior del reino. Definitivamente, la capital del Asturorum regnum se establece en Oviedo, ciudad fundada por su padre, y en la que él mismo ha nacido. Sobre las ruinas dejadas por los hermanos ibn Mugait, Alfonso crea una nueva Sede Regia, con la base de los dos símbolos del orden gótico que reinstaura: la iglesia y el palacio. Una nueva y magnífica basílica, consagrada al Salvador del Mundo y a los doce apóstoles, surge sobre las ruinas de la de su padre, profanada por los musulmanes. Y a su lado levanta un espléndido palacio que será el centro en torno al que girará toda su política.
Las crónicas asturianas de la época hacen resaltar esta política de Alfonso II, basada en la restauración en Oviedo de "todo el orden de los godos, como había sido en Toledo", lo que de alguna manera viene a dar una legitimidad política a quien ya la tenía por el derecho de las armas: la Monarquia Asturiana, como heredera y continuadora legítima de los reyes visigodos. Y para ello, el Rey Casto crea en su corte de Oviedo, de nuevo, las instituciones eclesiásticas, políticas y jurídicas del desaparecido Estado visigodo, si bien con las lógicas limitaciones en número y pompa; vuelven los antiguos concilios, las leyes del Liber Iudiciorum, y las reuniones de obispos, para lo que se crea la sede de Oviedo, como primada de las restantes de la España cristiana, cuyos representantes están huidos y refugiados en Asturias en su mayoría.
El renacimiento goticista se hace más palpable en lo cultural y artístico. El latín empleado en su Testamentum del 812 es sorprendentemente clásico para la época, pero aún es más importante la obra artística y arquitectónica, dirigida según parece por uno de los personajes de su Aula Regia llamado Teudis, o Tioda, que podría haber sido quien dirigió el grupo de fideles que habia liberado al rey de su encierro en Ablaña.
Gracias a los afanes de Alfonso II, en Oviedo se construye la gran basílica del Salvador, las iglesias de San Tirso y de Santullano (ésta, fuera de la ciudad entonces), el palacio real -al que adosa una magnífica capilla que hoy es la Cámara Santa-, y en los alrededores de Oviedo levanta nuevos templos como el de San Pedro de Nora o el de Santa María de Bendones. En su propio palacio se da forma a la más maravillosa joya del medievo español: la Cruz de los Angeles, que desde el año 808 se ha incorporado de tal modo a la ciudad de Oviedo, que incluso constituye su escudo heráldico.
El rey Alfonso III, cincuenta años después de la muerte del Rey Casto, diría de él: "Por mucho espacio de tiempo vivió una vida gloriosa, casta, púdica, sobria e inmaculada". Sanchez-Albornoz va más allá, y opina que " su alabada castidad implica una indudable anomalía psicofísica...". En Alfonso II el Casto parece darse un caso claro de misoginia apoyada por motivos religiosos. Es sintomático que el templo que levanta en Santullano esté dedicado a un matrimonio, Julián y Basilisa, que consagró su vida a la virginidad. Es como si buscase en la continencia sexual la paz y la tranquilidad que la vida y la política le habían negado, o como si esa castidad, que mantiene por encima de todo, fuese un rechazo inconsciente contra la brutalidad lúbrica de la época en que le ha tocado vivir y el refinamiento sexual de sus enemigos, los árabes.
Las maravillosas arquitecturas del interior de Santullano nos ponen ante los ojos lo que el Rey Casto debía de considerar una ciudad ideal; lo que es más dificil es saber si es el ideal respecto a su flamante capital ovetense, o por el contrario es la anhelada Ciudad de Dios de que hablaba San Agustín, a la que él pretende tener acceso con su casta y sobria vida. Nunca lo sabremos.
Pero su castidad trajo consigo el inconveniente de la sucesión. Cincuenta años de paz interior estuvieron en un tris de irse por la borda a su muerte, en el año 842, en la busca de un sucesor al trono ovetense.
"Protagonistas de Asturias" Ayalga Ediciones. Salinas (Asturias) 1987
 
ga.js