En 1918, tras el estreno del Celedón, su autor, Mariano San Miguel, corrió con todos los gastos de una edición de 200 ejemplares de su obra en versión piano, para destinar el importe integro de su venta a la adquisición de un Gargantúa. En dicha partitura figuraba la dedicatoria al periodista Angel Aguilera, promotor tanto de los Gigantes como del Pasacalles.
Angel Aguilera escribió varios artículos anunciando en uno de ellos, que el Gargantúa iba a llegar en autocamión para poderlo disfrutar el día de Reyes.
El 6 de enero de 1923 salió la cabalgata y, cuando llegaba a la Plaza Nueva, se puso a llover y nevar con tal furia que hubo de refugiarse en los arcos, incluido el ganado. Pero el Gargantúa, se quedo atrancado porque por su gran altura pegaba en las lamparas eléctricas.
P.D.: Texto tomado de un articulo de "Txapi" en la revista de fiestas de Belakiak del año 2013
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