Nació el sábado 24 de julio de 1925 en el segundo piso de la calle Postas (Aliados) número 6 a las 2,45 horas.
Es el escritor alavés más completo de todos los tiempos.
"Siempre me gustaron los cuentos, y especialmente me gustan los cuentos de Ignacio Aldecoa. A mi entender, un cuento debe reunir tres indispensables cualidades: ser breve, redondo y jugoso como una naranja. A Ignacio Aldecoa, que supo muy bien reunirlas en los suyos, le cupo la mala fortuna de nacer y vivir en un país donde las naranjas son baratas, y escribir cuentos, muy caro" Ana María Matute.
"Vitoria es una masa gris de la que destacan las torres de sus iglesias. Mágicamente esta masa gris se nacara de pronto. Atardece y las últimas luces del crepúsculo, las luces frías del sol de los montes, se reflejan en las cristaleras de sus galerias y miradores. La ciudad tiene un aire encantado, un aire de ciudad de cuento apresada bajo una campana de cristal que fulge, que transmite noticias importantes al viajero con un sutil parpadeo. El corinto del crepúsculo ha sido después verde, verdiamarillo, amarillo. Hay un momento en que se borra la serenidad virgiliana de la Llanada; hay otro momento, éste misterioso, en que se siente inmersa a Vitoria en una paz de abismo; el momento misterioso y fugacísimo de la total quietud de los campos" Ignacio Aldecoa
"Del Circulo de la Amistad, primera fundación recreativa de la ciudad, al Casino Militar y Mercantil, segunda fundación recreativa y primera cultural de la plaza; del Casino Militar y Mercantil al Tennis Club, tercera fundación recreativa, segunda cultural y primera deportiva de la población; del Tennis Club al Nuevo Club, cuarta fundación recreativa, tercera cultural, segunda deportiva y primera elegante de la urbe. Los empleadillos, las criadas, los obreros especializados y algunas momias del tiempo de la fundación van al Círculo. Los militares y los burgueses al Casino que apelan. Algunos transfugas del Casino y los snobs al Tennis Club. Y la crema, la nata, la flor, la sangre gótica y algunos títulos algo desvalidos al Nuevo Club. Y del Nuevo Club se segregaban los calaverones nihilistas y dandíes, que regresan al Circulo para alternar con la marmota y el chupatintas, con el eléctrico y la momia añorante. Siempre vuelta a empezar.
Así un invierno y otro invierno y otro... Hasta que uno por uno o en grupos, según las circunstancias y las epidemias, todos, al fin, se reúnen en el Circulo, Casino y Club de los Santos Apóstoles, cementerio de la ciudad. Mientras, las contadas u otras vanas ocupaciones.
Y las nubes pasando por las agujas de las torres, pastoreadas del cierzo" Ignacio Aldecoa
"De octubre a junio, daba la lluvia, en la ciudad, sensación de pesada rumia boyuna, y el alma de sus habitantes se modelaba de desvanecimientos, quebrábanse los nervios de tensiones, y los espinazos de encogimientos frioleros. La gente trabajaba pendiente del tardo campaneo de un reloj parroquial, anunciador del término de la jornada. Las tabernas y el casino acogían durante algunas horas el tedio umbroso de los ciudadanos" Ignacio Aldecoa
Murió el 15 de noviembre de 1969.